Novena al Espíritu Santo, Oraciones y Más

Hoy te vamos a enseñar cómo es la Novena al Espíritu Santo, que puedes hacer con fe y determinación para pedir por su protección y por sus dones, en momentos de dificultad, no dejes de conocerla ya que en ella encontrarás las palabras de consuelo y de amor que necesitas en tus momentos de mayores dificultades, soledad, tristeza, hazla con fe que ella es poderosa.

novena al espíritu santo

Novena al Espíritu Santo

Para hacer la Novena al Espíritu Santo debemos hacer la petición para que su poder influya en nosotros, que conozcamos que Jesucristo murió en una cruz para que todos nosotros consiguiéramos el perdón y que fuéramos transformados con el poder del Espíritu Santo y nos convirtamos en Hijos de Dios y ser parte de su santidad. La novena se hace por nueve días consecutivos y debe comenzar un día Viernes.

Acto de Consagración

Con la Consagración de la novena lo que se busca es que el mismo adquiera un valor sagrado y que al hacerla se logren conseguir los méritos o gracias que pedimos e invocamos, en otras palabras buscamos que este acto que hacemos se revista de santidad.

¡Oh Espíritu Santo! Recibe esta consagración total de todo mi cuerpo, que hago en este día para que seas digno desde este momento de estar en cada instante de mi vida, en todo lo que haga, para que seas mi maestro, mi luz, la guía, la fortaleza y el amor dentro de mi corazón. Hoy alejo todas mis reservas para que seas tú quien dirija mi vida, y para mantenerme dócil a todas tus inspiraciones.

¡Oh Espíritu Santo! Ten a bien darme la formación junto a María y con María para seguir el ejemplo de su amado hijo Jesús. Te pedimos que glorifiques a nuestro Padre Creador, dale la Gloria a su Hijo redentor y damos Gloria al Espíritu Santo que es el santificador. Amén.

Oración Inicial para todos los días

Se debe hacer esta oración durante los nueve días que se hace la novena, se le conoce como oración inicial, y se realiza para que Dios vea que nuestras intenciones son buenas, y que solamente queremos rendirle un tributo y alabanza al Espíritu Santo para conseguir sus dones.

¡Dios Mío! Que eres de amor y verdad, que has sido quien ha creado la santificación de nuestros espíritus, arrodillados ante ti con humildad, declaramos que detestamos las amarguras que tenemos en nuestros corazones y que han provenido de nuestros pecados y ofensas que hemos realizado en tu contra, siempre con la dignidad que puedas amarnos por sobre todas las cosas, gracias a que tienes una bondad infinita.

Ojala nunca te hubiera ofendido y te pido me perdones Señor, yo sé que tú eres un Dios de Gracia y de Misericordia y te pido perdón por haberte sido infiel, por no tener el valor de hacer las cosas según tu buena voluntad, y que después de que he visto que siempre has sido misericordioso y he solicitado tus gracias, acepto que me reprendas, amenaces y me inspires por tu amor.

Me ha pesado ofenderte, y me arrepiento de haberte sido ingrato e indigno por esta ceguera con la que no he podido ver tu dulce y divino llamado. Hoy me propongo con tu ayuda no seguir siendo un rebelde de Dios, de salir adelante por tu inspiración y hacerme dócil a tu voluntad.

Te pido que para cumplir este fin me ilumines con tu luz, abras mi entendimiento, hagas que mi voluntad sea más fuerte. Purifica mi corazón y atiende mis pensamientos, deseos y emociones y hazme digno de poder disfrutar de los frutos que tus dones otorgan en las almas. Concédeme la Gracia que hoy te pido con esta novena, siempre que se apara tu gloria y para que yo pueda verte, te ame y te alabe hasta la eternidad. Amén.

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Oración por los 7 Dones del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo, se deben pedir para que nuestras vidas sigan por el camino correcto, una vez que los recibimos podemos discernir lo bueno, lo malo, lo que es justo, se nos da paciencia, piedad, fortaleza, todos los dones debemos usarlos para hacer el bien no solo en nosotros mismos sino también en nuestros semejantes.

¡Oh Jesucristo Nuestro Señor! Que antes de subir al cielo nos diste la promesa de mandar al Espíritu Santo para que se completara tu labor en las almas de tus apóstoles y demás discípulos, te pido te dignes en darme ese mismo espíritu para que mi alma se pueda perfeccionar a través de la obra de tu Gracia y de tu amor.

Te pido me puedas conceder el Espíritu de la Sabiduría para que pueda apreciar todo aquello que es perecedero en este mundo y que solo aspire a tener las cosas que son para la eternidad. Dame el espíritu del entendimiento, para que mi mente reciba la luz divina de la verdad. Dame el Espíritu del Concejo para que siempre pueda discernir cual es el camino que debo seguir y que sea más seguro para así agradarle a Dios y poder ganarme el cielo.

Dame el Espíritu de la fortaleza para que junto a ti pueda cargar la cruz y tener el coraje de vencer cualquier dificultad que esté en contra de la salvación de mi alma. Dame el Espíritu del conocimiento para que pueda llegar a conocer a Dios, a mi persona y que crezca a través de la perfección de la ciencia de todos los santos. Dame el espíritu de la Piedad para así seguir en el servicio a Dios con dulzura y amabilidad.

Otórgame el espíritu del temor de Dios para así poder reverenciarlo con amor y tener miedo de las cosas que sean para su disgusto. Hazme la marca mi señor a través de las señales de tus discípulos para que pueda animarme de seguir todo lo que sea del espíritu. Amén.

Primer Día

¡Espíritu Santo, señor de Luz! te pedimos que desde la claridad del cielo, nos puedas dar tu esplendor lleno de iluminación. Una sola cosa tiene importancia en la vida y es nuestra salvación eterna. Así que solamente debemos tener miedo de caer en pecado, el cual viene por nuestra ignorancia, debilidades e indiferencias.

Espíritu Santo tu que eres espíritu de luz, fortaleza y amor, que con tus siete dones puedas darnos iluminación a nuestra mente, que nuestra voluntad se haga más fuerte y llena nuestros corazones con la llama divina del amor de Dios. Que para que sea segura nuestra salvación invoquemos al Espíritu Santo y que este venga en nuestra ayuda ante nuestras debilidades, que en nuestras oraciones sepamos que debemos decir para que sea el espíritu que interceda por nosotros.

¡Dios omnipotente y eterno! que has sido generoso en darnos el agua y el espíritu santo, que nos diste el perdón de los pecados, deja que podamos ir al cielo y envía tus siete dones del Espíritu Santo.

Al finalizar la oración del día, se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Segundo Día

Te pedimos que vengas Padre Santo, padre de los pobres, ven y danos los tesoros que te sostienen, ven a nosotros luz que en ti todo vive. Danos hoy el temor de Dios para sentir respeto por ti, para no caer en el pecado que le ofende, que ese miedo se eleve no desde un pensamiento del infierno sino de un sentimiento de la reverencia para que seamos fieles sumisos a nuestro Padre en el Cielo.

Que ese temor es el comienzo de nuestra sabiduría, el que nos hace que nos apartemos de los placeres banales de la vida que de alguna manera nos alejan del camino de Dios ya que aquellos que temen al señor siempre van a tener un corazón en disposición y ante su presencia se humillaran.

¡Ven Oh bendito Espíritu del temor de Dios!, llega hasta lo más profundo de mi corazón, para que en él, mi Señor y Dios, tenga mi rostro ante él por siempre y me permita quitar de mi vida aquellas cosas que puedan causarle ofensas, y que pueda merecer que ante su divina majestad en el cielo, pueda verme a los ojos, en el lugar donde él vive y reina siempre unido con la santísima Trinidad, en un mundo en donde no hay fin.

Tercer día

Espíritu Santo, tú que eres el consuelo, visita nuestros corazones que están llenos de turbación y danos la Gracia de la paz. Que el don de la Piedad llegue a nuestros corazones en una unión de afecto con Dios que es nuestro Padre amoroso. Se nuestra inspiración a través de su amor para poder amar y respetar a todas las personas y las cosas que por él han sido consagradas.

Que así como ellos fueron investidos con autoridad a través de la santa Madre y de todos los santos, de la iglesia que es su cabeza visible, a nuestros padres, países y gobernantes. Aquel que tiene el don de la Piedad pone en práctica su religión como un deber de servicio y no como una carga pesada ya que en donde se encuentra el amor no hay trabajo pesado.

¡Ven Oh bendito Espíritu Santo de la piedad! Hazte cargo de mi corazón y enciende en el la llama de amor por Dios para encontrar satisfacciones en el servicio y tener el amor para someterme a su autoridad.

Cuarto día

Que en el momento de la fatiga tú seas nuestro alivio lleno de frescura, en el calor del día y en medio de la soledad de la miseria. Te pedimos que nos des el don de la fortaleza para que nuestra alma se haga fuerte ante el miedo y que podamos llegar hasta el final cumpliendo nuestras labores.

La fuerza es la que nos ayuda a tener la voluntad de impulsarnos y de tener la energía para poder movernos en todas las labores, por muy difíciles que estas sean, y que podamos hacer frente a los peligros que están por encima de lo que significa respetar al ser humano y poder soportar todo sin quejarnos ante las tribulaciones de la vida, ya que aquel que perseverar hasta el último momento será salvo.

¡Ven Espíritu Santo de Fortaleza!, para que puedas elevar mi alma en estos momentos en que estamos turbados y en que las dificultades me atacan, haz que mis esfuerzas sean siempre en santidad, dame fuerza en mis debilidades, y el valor para poder hacer frente a mis enemigos, que nunca me llegue un momento de confusión y que nada pueda separarme de ti, de mi Dios y de mi bienestar.

Quinto Día

Que la luz inmortal y divina visite nuestros corazones para que nos llene nuestra alma en su profundidad. Que sea a través del don del conocimiento que se permita que nuestra alma pueda conocer las cosas que dios ha creado y que son de valor para él. Que a través del conocimiento podamos ver cuáles son las criaturas del bien, que se nos revele que es la vacuidad y que conozcamos los verdaderos propósitos para ser los instrumentos del servicio hacia Dios.

Que se nos muestre como Dios cuida de nosotros en todos los momentos de adversidad y que nos lleve a darle su gloria en cada momento de nuestras vidas. Que sea tu luz la que nos guíe en darle la prioridad a las cosas que son necesarias y que podamos apreciar la amistad que Dios nos otorga por encima de todas las cosas materiales ya que el conocimiento es la fuente de la vida para aquellos que la tienen.

¡Ven, Oh Bendito Espíritu del Conocimiento! Para que me des la voluntad de mi padre, para que me puedas mostrar lo nulo de muchas cosas en el mundo, que tenga una idea de la vanidad y que esta se use solo para darte gloria y para salvar mi alma, siempre mirando a tus ojo por encima de todas ellas y para obtener los premios eternos de la salvación.

Sexto día

Que si tu apartas tu Gracia de nosotros, nada de lo que existe en el hombre permanece puro y que todo lo bueno se enfermera. Te pedimos que nos des el don del entendimiento para conocer que significa la vida y cuál es la verdad de nuestras creencia, que sea a través de la fe que conozcamos y apreciemos que significa, que nos ayudes a que vayamos a lo profundo del significado de las cosas que han sido reveladas y que por ellas podamos encontrar cosas nuevas en la vida.

Que nuestra fe no sea estéril y no deje de trabajar e inspirarnos a tener un estilo de vida que dé el testimonio de nuestra fe, que podamos comenzar a caminar con dignidad ante Dios en todas las cosas en las que él tiene complacencia y que pueda crecer nuestro conocimiento sobre Dios.

¡Ven, Espíritu Santo del entendimiento! Para que ilumines nuestras mentes y que así tengamos el placer de conocer y poder creer en todo el misterio de nuestra salvación y que al final merezcamos la luz eterna y la luz de la Gloria de una Visión en Dios Padre y su Hijo.

Séptimo día

Que sean sanadas nuestras heridas y renovadas nuestras fuerzas, y que en los momentos de aridez se derrame el rocío para lavar las manchas de culpa. Te pedimos el don del buen consejo para que nuestra alma sepa tener una prudencia de poder juzgar de manera rápida y correcta en lo que debemos hacer, sobre todo en los momentos de mayor dificultad.

Que el buen consejo sea aplicado a todo principio que venga del conocimiento y del entendimiento, en todos nuestros actos de la vida diaria, en la de los padres, también en los maestros, en los empleados y en los buenos cristianos de cualquier país. Que este consejo tenga sentido común y que se convierte en un tesoro de gran valor para nuestra salvación, ya que por encima de cualquier cosa se debe suplicar a Dios para que nuestros caminos se enderecen en la verdad.

¡Ven Oh Espíritu de consejo!  Y ayúdanos y guíanos en todos los senderos de nuestras vidas para que solamente sea tu voluntad la que se haga, haz que mi corazón se incline ante lo bueno, se aleje de todo lo que es malo y que se dirija mi sendero por la rectitud de tus mandamientos como la meta de nuestra vida eterna que anhelamos.

Octavo día

Que tu voluntad sea el doble en los corazones que son obstinados, derrite lo que se ha congelado y calienta lo que se ha enfriado para que seas la guía de los pasos que se han ido por el camino desviado. Te pedimos el don de la sabiduría que abarca todos los dones, la caridad, que abarca las virtudes. La sabiduría es la más perfecta de todos ellos.

Escrito se encuentra que todo lo bueno viene a nosotros por ella y que sus riquezas son muchas y llegan a través de tus manos.  Que el don de la sabiduría pueda fortalecer nuestra fe, renueve nuestras esperanzas, perfeccione nuestra caridad y haga que se pongan en práctica las virtudes más altas.

Que sea la sabiduría la que de luz en nuestras mentes para saber determinar y apreciar todo lo que Dios nos da, para que las cosas de la vida en la tierra no pierdan su sustancia, y que en la Cruz de Cristo sea la que produzca el dulce recuerdo a lo que nos dijo nuestro salvador, que tomáramos nuestras cruces y le siguiéramos ya que su yugo es dulce y su carga ligera.

¡Ven Oh Espíritu de la sabiduría! para que pueda ver en mi alma los misterios de todas las cosas celestiales, de su grandeza, su poder y su hermosura. Se tu quien me enseñe a amar todo por encima de aquellas cosas pasajeras y de las satisfacciones que se pueden tener en la tierra, se tu quien me ayude a conseguir todas estas satisfacciones y que pueda mantenerlas conmigo por siempre.

Noveno Día

Te pedimos que sea tu Espíritu Santo el que descienda sobre todos nosotros con tus siete dones para darnos alivio en nuestra muerte y que nos des la vida en el cielo en donde los gozos no tienen fin. Los frutos del Espíritu Santo son los dones que hacen que nuestras virtudes se perfeccionen y que nos deja que las practiquemos de una mejor manera a través de una divina inspiración.

En la misma medida en que vamos creciendo en conocimientos y amor a Dios y bajo la guía del Espíritu Santo, nuestra labor se hace con más sinceridad y con más generosidad para hacer de las practicas virtudes perfectas. Que estas virtudes llenen nuestros corazones de alegría y nos den el consuelo, que se conoce como frutos del Espíritu Santo y que estos nos hagan hacer una práctica más activa de los mismos para que sean un poderoso motivo para esforzarnos más en el servicio a Dios.

¡Ven Oh Divino espíritu santo!, para que llenes mi corazón de los frutos del cielo que son la caridad, el gozo, la paz, la paciencia, lo bueno, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza, que el cansancio nunca este a mi lado cuando este sirviendo al Señor y que más bien siga fiel a la sumisión y la inspiración para estar en una eterna unión con Dios, con el amor del Padre y del Hijo.

Oración Final para todos los días

Las oraciones al final de una novena son para hacer el cierre de lo que estamos pidiendo, esta se dice después de la reflexión de cada día, y con ella se culmina cada día de novena. En esta se le da gracias al Señor, por permitir que el Espíritu Santo haya venido a nosotros para darnos sus dones, sabiendo que los mismos serán recibidos para nuestro bienestar y en ayuda de nuestros semejantes.

Te pedimos que vengas espíritu de la Creación, para que visites nuestras almas, que el cuerpo que has criado se llene de tu gracia celestial, ya que tú eres un creador del espíritu, tienes los dones de nuestro Padre celestial. Eres la fuente de vida, el fuego santo, la santa unción espiritual.

Que sea a través de tus dones que recibamos la promesa del cielo que nuestro Padre eterno nos da y que a través de su palabra nos llena de ardor. Se tu quien nos enseñe en nuestros sentidos como se llenan nuestros corazones de tu llama eterna, que nuestro cuerpos desnutrido se puedan armar con tu virtud.

Aparta de nosotros a nuestros enemigos, permite que tengamos la paz divina, y se tu quien nos guíe para poder huir de la maldad. Para ti, nuestro Padre y para su Hijo que estamos en esta vida mortal para conocerte y que podamos tener la fuerte creencia de que tú eres la divinidad. Para nuestro Dios Padre sea toda la Gloria, para su Hijo inmortal y para el espíritu santo sean las alabanzas por toda la eternidad. Amén.

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